28 de abril de 2015

PALESTINA


     Al igual que medio país, el destino nuestras últimas vacaciones ha sido Cuenca.  Preciosa ciudad rodeada de prominentes muros, cientos de vías y como no podía ser de otra forma, decenas de escaladores.
     A la par que la gente, una de las mejores cosas de Cuenca es su gastronomía. Recomendable para cenar El Bodegón y  El Coto de San Juan, ricos postres en La Antigua o en la heladería Remu y  los desayunos en la cafetería del Alcampo.

     Y así entre pegue, pegue,  escalada y descansos, han ido pasando los días… Yo probando mucho y encadenando poco, mientras Iris se centraba en su proyecto, Palestina.

     Yo ya sé que eligió esta vía porque es de su estilo, con una dificultad concentrada en unos veinte movimientos de desplome con una placa previa y otra después. Sé que ya en la primera semana la tenía a punto, empezó a caer muy rápido en los últimos movimientos difíciles y que a partir de ahí se “atascó” en el mismo paso durante los siguientes 4 o 5 días.

     Cuando progresas muy rápido en una vía, todo es motivación, alegría… Pero el caerte varias veces en un mismo sitio suele suponer una lucha psicológica, usualmente más dura que la lucha física. Y la duda se impone en el pensamiento ¿Podré hacerla? ¿Debería cambiar de vía? ¿Debo descansar más? ¿Le doy otro pegue? ¿Necesito entrenar?  ¿Tengo el nivel? ¿Caliento en ella? ¿He sido pretencioso eligiendo este proyecto?

     A continuación una “minientrevista” a Iris Matamoros. A ver si él nos puede ayudar con esto de las barreras mentales:
     T: ¿Qué importancia piensas que tiene la mente cuando te enfrentas a una vía de tu máximo nivel?
     I: Creo que una mente fuerte encadena más que un gran bíceps.
Hacer tu máximo nivel ensayado requiere de muchos intentos, para mí lo difícil mentalmente no es el número de pegues en sí, sino los pegues que se acumulan a partir del momento en el que ves que puedes hacerla, momento en el que dejas de avanzar y llegan los retro-pegues, las dudas… Es ahí cuando una mente fuerte te permite seguir insistiendo.
     T: ¿Ha sido peor la lucha mental o la física?
     I: Mental, los primeros días vi que tenía el nivel, todo el mundo decía que la haría rápido, sin embargo el tiempo pasaba y nada…
El dolor de piel y de antebrazos, el esparadrapo y el super glue en las heridas, los cantos mojados o las chapas que hay que saltarse son cosas sin importancia cuando estás motivado y la cabeza va bien, pero si la mente empieza a flojear estás jodido.
     T: Está claro que cuando todo va bien, escalamos pensando en lo que hacemos, en el movimiento. Pero a veces, los sumideros de energía son más potentes que la concentración, haciendo que automaticemos la caída ¿Cómo superaste tú la caída reiterada en la pinza de arriba? ¿Qué pensabas?
     I: Creo que lo principal fue un cambio de actitud, tras unos días algo desmotivado, decidí que si seguía intentándola debía ser con ganas e ilusión, no sintiendo rabia y frustración en cada caída. Empecé a escalar otra vez con una actitud positiva, analizaba los errores para mejorar y aprender de ellos, pero evitando los pensamientos negativos. Puede parecer una tontería, pero cuando estaba en el reposo antes de salir, la miraba, sonreía y empezaba a escalar.
     T: ¿Qué ha sido lo mejor del proceso?
     I: Compartirlo contigo ;)

     
     Y para termirar, el spring de preguntas para contestar sin pensar:
     ¿Bloque o cuerda? Cuerda
     ¿Pared o deportiva? Deportiva
     ¿Entrenamiento en plafón o en roca? Roca
     ¿Sexo o escalada? Sex after climb ;)





Fotos del gran Javi Pec ¡Gracias Maestro!



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